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viernes, 12 de noviembre de 2010

Poema anónimo



QUÉ VERDES FUERON MIS CAMPOS


Sabías que me arrancaron mi tierra
Mi aire, mi agua

Sabías que me mutilaron, me hicieron
Un ser extraño en mi tierra
No soy país, no soy nación

Desgarraron mi tierra, la profanan,
Lo que fue culto, ofrenda al sol, a la luna
Ahora es idolatría, soberbia, culto
A la riqueza

A mi tierra le niegan las ansias, las esperanzas,
De volver a empezar

Sabía que acortaron el horizonte de mi mirada,
Ahora ya no se pierde en el infinito

Ahora tropieza con el desorden, mi aire,
Mi agua, mi paisaje, ya no me sabe igual.

Mi agua me refleja un rostro turbio como
Ella.
¿Vendieron con mi tierra mi identidad?

Acaso la esencia de mi espíritu necesita evolución
Acaso necesita adaptarse.

Me siento como el río que lo obligan
A salir de su cauce

Que deja y abandona tierras sedientas.

El agua profanada ya no me moja,
Ni calma mi sed.
El aire profanado siento que ya no me silva al oído.

La tierra profanada rechazará toda ofrenda
Todo culto.

Dicen que Dios creó al mundo,
Lo que si se es que la Tierra,
Abriga al Hombre.

Por Tambogrande, por las Bambas, por el Cerro Quilish,
por los depósitos de Plomo del Callao que tanto nos envenenan.


Poeta anónimo, Perú

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