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sábado, 5 de junio de 2010










La bestia me acusa del golpe. ¡No entiendo!


Desde sus pájaros
me escupe acero-fuego
gritando su derecho a la vida

Vomita mi condena.

Me juzga, ejecuta y olvida.

Retira el dedo del botón y sonríe.



La llaga grita en las pesadillas.




Desde el palmeral olvidado
reclutaré las manos de las dunas.

Su palabra de rabia renacida
sabrá como destruiros.



Antonio Martínez i Ferrer

1 comentario:

  1. Gracias Patricio por subir el poema, espero que pronto estemos juntos para charlar un buen rato.
    Un abrazo solidario, Antonio.

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